Andábamos
por un callejón... Y me pareció haber visto que los cronopios iban
acompañados por unos seres maravillosos. Tenían largos bigotes,
uñas afiladas, cola erecta, ojos de universo y un caminar elegante,
despacio, seductor. Sin buscarnos, ahí
estábamos uno frente al otro. Me incliné para tocar a uno de ellos,
pero sabiendo que iba
a huir decidí sentarme. Los cronopios observaban nuestro
descubrimiento. Se ponían más verdes de la envidia porque entre ese
ser maravilloso y yo había magia ancestral. Él
olía mi mano con miedo y yo miraba su pelaje de tigre. Andábamos
extasiados mientras los ojos de
los cronopios danzaban en su voyeurismo. Entonces él me miró con
esos ojos que hipnotizan y rozó mis piernas. Supe que había llegado
hasta aquí para encontrarnos. Para
que él se convirtiera en mi amo. No sé cómo me nombró él, pero
yo lo llamé Teodoro.
En homenaje a los 100 años del natalicio de Julio Cortázar. Otros Veo Veo a Cortázar desde diversas partes del mundo: Rumbeando por ahí; Cuentos de Mochila; Alfonso Brevedades;Desafío de Ideas; Plan B Viajero; Sweet Virginia; Una argentina por el mundo; Caminomundos; The Indie Trendy;Del mundo y otros mambos
En homenaje a los 100 años del natalicio de Julio Cortázar. Otros Veo Veo a Cortázar desde diversas partes del mundo: Rumbeando por ahí; Cuentos de Mochila; Alfonso Brevedades;Desafío de Ideas; Plan B Viajero; Sweet Virginia; Una argentina por el mundo; Caminomundos; The Indie Trendy;Del mundo y otros mambos
"Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos" |
Dale, que bien se escuchó. Mira que lo he leído en voz alta, no fue sino hasta la segunda vuelta cuando pude identificarme. Enhorabuena.
ResponderEliminarGatos, gatos, gatos... : ) Gracias, Alfonso. Un abrazo
ResponderEliminar